Un estupendo piso, muy amplio, bien distribuido, con buena orientación y muy bien situado. Sus materiales y acabados de alta calidad, estaban perfectamente conservados, como el primer día. Se trataba de un piso habitado, por lo que estaba muy personalizado con el estilo y colores de sus habitantes. Había estado ya a la venta (gestionado directamente por los propietarios) a un precio bastante elevado, por encima del precio de mercado, por lo que no había generado intereses ni ofertas.

¿Qué hicimos? En primer lugar, se hizo un extenso estudio comparativo para acertar con un precio óptimo de venta, dentro del rango de precio de mercado. A continuación, se trataba de darle un aire totalmente diferente e irreconocible para que los compradores objetivo no detectaran que era el mismo piso que anteriormente estuvo publicado a un precio superior, y aprovecharan para negociar más a la baja. Entonces, se acometió un relooking básico, cambiando el color de las paredes, para darles un aspecto más neutro. Sobre esa base, se procedió a despersonalizar y despejar la vivienda de muebles grandes y pesados, sustituyéndolos por otros más ligeros. Se vistió toda la casa con textiles y objetos de decoración nuevos, para darle un aire renovado, ligero y moderno.

Resultado: vendido en 5 semanas.